A menudo, cuando nuestros hijos no abrazan la fe, no sólo nos preguntamos: “¿Qué he hecho mal?”, sino que también nos preguntamos: “¿Qué puedo hacer ahora?”.
¿Ha pensado en una oración intencionada para cada una de las 24 horas del día? Para centrarse durante cada hora de vigilia (y de noche), puede ser útil tener una oración a la cual acudir.
Edith Stein nació en Polonia, en 1891, en el seno de una familia judía devota. Dejó de practicar la fe judía cuando era adolescente y empezó a estudiar filosofía.
Cuando en su boda prometieron ser fieles el uno al otro “en la salud y en la enfermedad”, la parte de la enfermedad incluía esa penosa “enfermedad del alma” que es el dolor.