
¿El cristianismo es relación, no religión?
P: Algunos de mis compañeros de trabajo parecen pensar que creo que mi religión me salva. Dicen que el cristianismo es una relación, no una religión.
P: Algunos de mis compañeros de trabajo parecen pensar que creo que mi religión me salva. Dicen que el cristianismo es una relación, no una religión.
R: Es una pregunta muy buena. Por supuesto, entramos en una relación nueva y milagrosa con Dios a través de su Hijo Jesús. ¡Qué gran regalo! Pero se ha producido este extraño aumento de una falsa dicotomía entre la fe en Jesús y la fe en la Iglesia que fundó. Cada vez hay más gente que sostiene que “ama a Jesús, pero no a la Iglesia”. Incluso es un paso más lejos de la verdad afirmar que una persona no necesita a la Iglesia. Hay tantas razones por las que esto no sólo es miope, sino demostrablemente falso y contrario a la forma en que Dios ha interactuado con su pueblo.
En primer lugar, antes de entrar en razones más complejas por las que la Iglesia no es opcional, podrías preguntar a tus amigos que creen en Jesús cómo saben quién es. Podrías obtener algunas respuestas que incluyan “Él es mi Señor”, o “Él es mi Salvador”, o “Él es Dios”. Alguien podría incluso formular lo siguiente: “Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre”.
Todas estas serían buenas respuestas. Pero entonces podrías hacer la siguiente pregunta necesaria: ¿Cómo lo sabes? Podrían decir que lo saben por haber leído el Nuevo Testamento. Y eso está bien. Pero hay al menos dos errores críticos en esa respuesta simplista.
En primer lugar, ¿de dónde sacaron el Nuevo Testamento? ¿Quién eligió esos Evangelios en concreto y no otros? ¿Quién eligió esos escritos de San Pablo y San Pedro y otros, pero no eligió otros escritos que existían al mismo tiempo? Si basan su conocimiento de Jesús en la Biblia, podemos señalar que sólo tienen la Biblia gracias a la Iglesia católica, porque la Iglesia católica nos dio el Nuevo Testamento (e incluso codificó los escritos del Antiguo Testamento).
Es más, ¿cómo saben que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre? Hubo bastante debate sobre la identidad de Cristo en los primeros siglos del cristianismo. Algunos dudaban de que Jesús fuera plenamente humano. Otros sostenían que Jesús era en parte Dios y en parte humano. La Iglesia Católica definió y defendió sistemáticamente esta realidad de Jesús, y el Concilio de Nicea de 325 zanjó la cuestión. Hay muchísimas cosas que las personas que “no necesitan a la Iglesia” creen que simplemente han heredado de la institución oficial y visible de la Iglesia católica.
Pero eso ni siquiera empieza a arañar la superficie de nuestra necesidad de la Iglesia. Esto se remonta a la forma en que Dios entró en relación con las personas desde el principio. Desde un inicio, cuando Dios establecía pactos con la gente, siempre había un componente individual y otro corporativo. Por ejemplo, si un hombre entraba en relación con el Señor Dios, sería circuncidado, y esto significaba que no sólo estaba en relación de pacto con Dios, sino también con el Pueblo de Dios (el pueblo judío). Nunca hubo una mera relación individual con el Señor Dios. Y esto se cumple en la Nueva Alianza.
Cuando nos bautizamos, nos convertimos en hijos e hijas de Dios Padre, pero también en miembros de la familia de Dios. Entramos a formar parte de una familia (Ef 2,19). Si hay algo que debemos recordar sobre la familia, es que la familia implica una relación real. Y las relaciones reales implican derechos reales y responsabilidades reales. Como formamos parte del pueblo de Dios, tenemos acceso al Padre mediante el poder del Espíritu Santo. Pero también tenemos responsabilidades para con Dios y su familia, la Iglesia. Así lo estableció Dios desde el principio, y no lo abolió, sino que lo llevó a cumplimiento en Cristo (Mt 5,17).
Tenemos que acabar con esa tonta idea de que “religión” es una mala palabra. En realidad, analicemos la palabra en sí. Religión viene de la palabra “religare”, que significa “atar”. Llegados a este punto, puedo oír a alguien diciendo: “¡Exacto! ¡Eso es todo lo que hace la religión! Hace que la gente esté ‘atada’ a normas y reglamentos hechos por el hombre”.
Pero la palabra no se refiere a eso. Sí, se refiere al hecho de que la religión nos “une” al Señor y a su Iglesia (somos hechos miembros de su cuerpo), pero, es más. Hay otro aspecto (Ef 5,30).
Considera la palabra “pecado”. Esta palabra tiene una etimología compleja, pero una cepa de la palabra procede de la palabra “sunder”. Despedazar [to sunder] es dividir, separar, partir. Y ésta es nuestra experiencia. El pecado ha partido nuestros corazones y relaciones, no sólo con nosotros mismos, sino también con Dios. ¿No es “atar” exactamente lo que necesitan un corazón y un mundo escindidos? Si estás de acuerdo, entonces también estarías de acuerdo en que este mundo necesita religión, no simplemente una relación.
Publicado el 8 de noviembre de 2023 (bulldogcatholic.org).
Utilizado con permiso.
El padre Michael Schmitz es el director del ministerio de jóvenes y jóvenes adultos de la Diócesis de Duluth, así como capellán del Newman Center de la Universidad de Minnesota Duluth.