
Temas de la Doctrina Social de la Iglesia
Los derechos y deberes
Los derechos y deberes
La vida humana florece cuando está en equilibrio. A menudo, este equilibrio se consigue y se mantiene sólo mediante una frágil tensión. Cuando esta tensión se rompe o se pierde, también se pierde el equilibrio y la vida se ve superada por todo tipo de desórdenes, incluso por la muerte.
La verdad de que la vida sólo es posible en la tensión del equilibrio es algo que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) articula bien. Por ejemplo, la tradición católica enseña que tanto la protección de los derechos humanos como el cumplimiento de las responsabilidades son necesarios para garantizar la dignidad de la persona humana y la salud de la comunidad.
La vida humana florece cuando está en equilibrio. A menudo, este equilibrio se consigue y se mantiene sólo mediante una frágil tensión. Cuando esta tensión se rompe o se pierde, también se pierde el equilibrio y la vida se ve superada por todo tipo de desórdenes, incluso por la muerte.
La verdad de que la vida sólo es posible en la tensión del equilibrio es algo que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) articula bien. Por ejemplo, la tradición católica enseña que tanto la protección de los derechos humanos como el cumplimiento de las responsabilidades son necesarios para garantizar la dignidad de la persona humana y la salud de la comunidad.
Vivir en la tensión
Numerosos papas a lo largo de los siglos se han referido a la Iglesia Católica como la Iglesia del “Gran Tantos ... Y ...”, precisamente por esta razón. Esto significa que la vocación de la Iglesia es negar todo lo falso y afirmar todo lo verdadero, especialmente cuando dos verdades parecen excluirse mutuamente.
Para ejemplificarlo, imagine un largo puente colgante. Ahora, ¿es capaz de identificar el punto de mayor tensión?
El punto de mayor tensión se encuentra en el centro mismo del puente. La Iglesia nos invita a cada uno de nosotros a vivir y abrazar también esta misma tensión en el centro del puente de la vida. Sin duda, es un reto arduo, como puede atestiguar cualquiera que haya estado alguna vez en el centro de un puente largo. En el centro, el puente no está inmóvil. Se mueve hacia arriba y hacia abajo, también se balancea de lado a lado.
Aunque a veces queramos aferrarnos a la certeza, la enseñanza de la Iglesia nos asienta en la realidad misma. La fe católica no nos permitirá escapar a las torres seguras de las verdades parciales y sesgadas. El catolicismo no ofrece ni una espiritualidad “atascada en el barro” ni una “en las nubes”. Por el contrario, nos llama a vivir en la tensión del centro; es decir, a vivir la vida del discipulado cristiano que encuentra su expresión más plena en la intersección del Árbol de la Vida que es la madera de la cruz.
Los derechos del individuo
Con esta imagen del puente en mente, dirijamos nuestra atención a lo que la DSI postula sobre los derechos de cada persona. Dado que la Vida y la Dignidad de la Persona Humana es el primer tema fundamental de la DSI, no debería sorprendernos que esta afirme que toda persona tiene un derecho fundamental a la vida y a aquellas cosas que son necesarias para la decencia humana.
A partir de la Rerum Novarum del Papa León XIII en 1891, la Iglesia ha identificado diversos derechos civiles, políticos, sociales, culturales, económicos y religiosos a través de las encíclicas que componen el cuerpo de la DSI. Por ejemplo, la Rerum Novarum afirmaba el derecho a la propiedad privada, a un salario digno y a los valores tanto morales como culturales. En 1963, San Juan XXIII escribió sobre el derecho a rendir culto según la propia conciencia, así como a emigrar e inmigrar en Pacem in Terris. Después, San Juan Pablo II reconoció el derecho a la iniciativa privada y a la propiedad en Centesimus Annus (1991).
Los derechos conllevan responsabilidades
Los derechos dan lugar naturalmente a las responsabilidades correspondientes. Por ejemplo, el derecho de un individuo a la propiedad sugiere la responsabilidad de los demás de reconocer y respetar este derecho. Esta responsabilidad, por supuesto, se extiende al Estado. El Catecismo explica que estos derechos existen antes que la sociedad (1930). En consecuencia, la sociedad tiene la obligación de reconocerlos. La sociedad se ordena al individuo porque la persona es el fin último de la sociedad. Cuando una sociedad se niega a reconocer los derechos de la persona, pierde su autoridad moral y su legitimidad. La sociedad se desordena y debe recurrir a la coerción o a la violencia para imponer su obediencia.
De este modo, derechos y deberes forman un todo inseparable. Como enseñó San Juan XXIII en Pacem in Terris, “al reivindicar sus derechos, olvidan por completo sus deberes o no les dan la importancia debida, se asemejan a los que derriban con una mano lo que con la otra construyen” (30).
La parábola del buen samaritano deja claro que el respeto por los derechos de los demás emana de la llamada a mirar al prójimo como a uno mismo. En respuesta a la pregunta de un erudito: “¿Y quién es mi prójimo?”, Jesús pregunta: “¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?” (Lc 10, 29-36). Jesús deja claro que el erudito se equivoca de pregunta. No debemos ocuparnos de evaluar quién es nuestro prójimo, quién es digno o merecedor de derechos. Más bien, Jesús, como sugiere el Catecismo, enseña que es una responsabilidad, o un deber, hacerse “prójimo de los demás y servirlos activamente” honrando y defendiendo los derechos fundamentales de todos (1932).
¿Sabía que...
...la elección del nombre del Papa León XIV señala su compromiso con la Doctrina Social de la Iglesia? Como ya hemos comentado, el Papa León XIII escribió la encíclica de 1891 Rerum Novarum.
Esta encíclica, en esencia, inició lo que se conoce como Doctrina Social de la Iglesia. El Papa León XIV ha dicho que espera seguir abordando cuestiones sociales como la dignidad humana y los derechos de los trabajadores de una manera que sea relevante para la actualidad.
¿Quién dijo eso?
“La exacerbación de los derechos conduce al olvido de los deberes. ... Compartir los deberes recíprocos moviliza mucho más que la mera reivindicación de derechos”.
A. El Papa León XIII
B. Papa Francisco
C. Papa Benedicto XVI
D. Papa Juan XXIII
Respuesta: C. El Papa Benedicto XVI en Caritas in Veritate (43).
Doug Culp es el director de operaciones de las Obras Misionales Pontificias de Estados Unidos.