| Por Doug Culp

La opción preferencial por los pobres y vulnerables

La Doctrina Social Católica hace hincapié en la igual dignidad y valor de toda persona humana. Sin embargo, cuando se trata de las personas que sufren pobreza y vulnerabilidad, se expresa una clara preferencia. Como afirma la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) en su página web: “Nuestra tradición... nos instruye para que antepongamos las necesidades de los pobres y vulnerables”.

Una base bíblica

Las Escrituras proporcionan un fundamento claro para la opción preferencial por los pobres y vulnerables. A lo largo del Antiguo Testamento, Dios llama repetidamente a los israelitas a cuidar de la viuda, el huérfano y los extranjeros en su tierra (véase Dt 27,19, por ejemplo). Dios se pone sistemáticamente del lado de los oprimidos y llama a su pueblo a hacer lo mismo.

En el Nuevo Testamento, Jesús resume la enseñanza del Antiguo Testamento con la Regla de Oro: “Hagan por lo demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes” (Mt 7,12; Lc 6,31). A primera vista, esto parecería mantener el énfasis de la Doctrina Social Católica en la igualdad de dignidad y valor.

Sin embargo, una base adicional para la opción preferencial por las personas en situación de pobreza surge cuando conocemos la razón aún más profunda para honrar la Regla de Oro. En el Evangelio de Mateo (25,31-46), se nos enseña de forma bastante explícita que todo lo que hagamos o dejemos de hacer por los más desfavorecidos de la sociedad lo hacemos o dejamos de hacer por Jesús. Lo más sorprendente es que Jesús revela que este será el criterio sobre el que se nos juzgará en el juicio final.

Curiosamente, en la New American Bible, esta enseñanza de Jesús se encuentra bajo el título “El juicio de las naciones”. Esto significa que lo que está en juego no es meramente individual, sino colectivo. La USCCB explica que el estatus moral de una sociedad se determina a un nivel básico por cómo les va a sus miembros más pobres y vulnerables. Así pues, el principio de la opción preferencial por las personas en situación de pobreza es una preocupación no sólo para nosotros como individuos, sino para nosotros como sociedad.

El destino universal de los bienes

La opción preferencial por los pobres y vulnerables también se fundamenta en la enseñanza de la Iglesia sobre el destino universal de los bienes. La Iglesia defiende el derecho a la propiedad privada y otras formas de propiedad privada de los bienes, porque proporcionan un entorno en el que la persona puede ejercer su autonomía personal y familiar. Esto, a su vez, estimula el ejercicio de la responsabilidad, que es esencial para la libertad civil (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 176). Así pues, la propiedad privada de bienes y propiedades ayuda a garantizar “un orden social correcto”.

Sin embargo, la doctrina social de la Iglesia exige que todos tengan el mismo acceso a la propiedad de los bienes. En consecuencia, el derecho a la propiedad privada no es absoluto. El Compendio (177) continúa: “el derecho a la propiedad privada como subordinada al derecho al uso común, al destino universal de los bienes”. Este principio del destino universal de los bienes no se opone al derecho a la propiedad privada. Más bien, nos recuerda que la propiedad privada de los bienes no es un fin en sí mismo, sino un medio para respetar el destino universal de los bienes.

El destino universal de los bienes, entonces, “comporta vínculos sobre su uso por parte de los legítimos propietarios” (178). Los individuos no son libres de utilizar sus recursos de propiedad privada como quieran. Deben considerar los efectos que tendrá un uso particular para que beneficie al bien común, no sólo a ellos mismos y a su familia. Además, este principio exige que se dé a los pobres y vulnerables “una forma especial de primacía en el ejercicio de la caridad cristiana” (182). En 1984, San Juan Pablo II lo expresó así durante su visita apostólica a Canadá: “Las necesidades de los pobres son de mayor prioridad que los deseos de los ricos” (5).


 

¿Sabía que...

…en 1986, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos publicó una carta pastoral titulada Justicia Económica para Todos? La carta pastoral fue significativa, porque pretendía aplicar la Doctrina Social Católica a la economía de Estados Unidos. Proporcionaba un marco moral para abordar cuestiones como la pobreza, el empleo y el desarrollo internacional.

He aquí una cita de la carta sobre la opción preferencial por los pobres y vulnerables: “Como individuos y como nación, por lo tanto, se nos llama a comprometernos a fondo con una ‘opción por los pobres’. El origen del deber de evaluar la actividad social y económica desde el ángulo de los pobres proviene del mandamiento radical de amar al prójimo como a uno mismo. Si la sociedad va a lograr la justicia para todos, hay que reconocer la prioridad de las reivindicaciones de los marginados y de aquellos cuyos derechos son negados. Esta obligación tiene profundas raíces en la fe cristiana” (87).


 

Escrituras sobre los pobres

“Abre tu boca en favor del mudo y en defensa de todos los desamparados; abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del desvalido y del pobre” Prv 31,8-9.

“Hijo mío, no prives al pobre de su sustento ni hagas languidecer los ojos del indigente. No hagas sufrir al que tiene hambre ni irrites al que está en la miseria” Eclo 4,1-2.

“Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?” 1 Jn 3,17.


Doug Culp es el director de operaciones de las Obras Misionales Pontificias de Estados Unidos.

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