Cinco santos propósitos para el Año Nuevo
¿Estás pensando en hacer algunos propósitos de Año Nuevo? Desarrollar hábitos físicos saludables siempre es un objetivo admirable, pero quizá sea hora de dar un paso más y proponerte adquirir una virtud o desprenderte de un vicio en este nuevo año. Siempre es útil fijarnos en la vida de los santos al examinar nuestro propio camino de fe. Al fin y al cabo, los santos eran seres humanos que experimentaban las mismas luchas que nosotros para vivir bien su vida cada día y escuchar la llamada que Dios les hacía. Así pues, recojamos algo de sabiduría de nuestros amigos celestiales para dar ese primer paso en la profundización de nuestra relación con Dios.
¿Estás pensando en hacer algunos propósitos de Año Nuevo? Desarrollar hábitos físicos saludables siempre es un objetivo admirable, pero quizá sea hora de dar un paso más y proponerte adquirir una virtud o desprenderte de un vicio en este nuevo año. Siempre es útil fijarnos en la vida de los santos al examinar nuestro propio camino de fe. Al fin y al cabo, los santos eran seres humanos que experimentaban las mismas luchas que nosotros para vivir bien su vida cada día y escuchar la llamada que Dios les hacía. Así pues, recojamos algo de sabiduría de nuestros amigos celestiales para dar ese primer paso en la profundización de nuestra relación con Dios.
Gestiona bien el tiempo
San Carlo Acutis | A Carlo, un santo milenario que murió a los 15 años, le encantaban los videojuegos. Sin embargo, comprendía sus peligros y por eso se limitaba a jugar sólo dos horas a la semana. En su lugar, se centró en establecer relaciones, pasar tiempo con la familia y los amigos, así como desarrollar aficiones significativas. Incluso aprendió a programar y creó un sitio web dedicado a los milagros eucarísticos. El santo adolescente fue un modelo de moderación en el uso de la tecnología y puede animarnos a ser más intencionados a la hora de centrarnos en las personas que Dios ha puesto en nuestras vidas.
Ve a Jesús en los demás
Santa Teresa de Calcuta | La Madre Teresa rescató a los moribundos e indigentes de las calles de Calcuta. Atendió a enfermos de SIDA, lepra y otras enfermedades con tanta ternura que muchos comentaron que, por primera vez, se sentían verdaderamente queridos por las hermanas de las Misioneras de la Caridad. ¿Cuál era el secreto de la Madre Teresa? Veía a Jesús en los demás. En este nuevo año, dediquemos algún tiempo a reflexionar sobre las personas en las que vemos a Jesús y aquellas en las que luchamos por hacerlo. Pidamos la gracia de ver la presencia de Jesús en nuestros encuentros cotidianos, y recordemos las palabras de la Madre Teresa: todo lo que hacemos por los demás, lo hacemos por Cristo.
Empieza el día con Dios
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) | Como antigua filósofa y, más tarde, monja carmelita, Edith Stein estaba acostumbrada a dedicar tiempo a la reflexión profunda. Una vez escribió que “la primera hora de tu día pertenece a Dios”. Del mismo modo que Edith Stein empezaba su jornada con Dios, nosotros también podemos arrancar nuestro día concediéndole intencionadamente a Dios los primeros 10 o 15 minutos. Reza la ofrenda de la mañana, el Ángelus, lee las lecturas de la Misa diaria si no puedes ir a Misa, o simplemente pide a Dios su gracia y ayuda para el día que comienza.
Practica la limosna
San Martín de Tours | Una noche, el soldado romano se encontró con un mendigo tembloroso en las calles de Amies, en la Galia. Martín cogió su espada, partió por la mitad su capa y se la dio al mendigo. Más tarde, Martín soñó con el mendigo, quien se le reveló como Cristo. Consideremos en oración cómo ser buenos administradores de nuestros recursos y, cada mes, examinemos un recurso concreto (ropa, calzado, enseres domésticos, dinero) para ver cómo podemos compartirlo con los pobres.
Lee un libro espiritual
San Ignacio de Loyola | Una bala de cañón destrozó la pierna del joven soldado español, dejándolo hospitalizado durante un año y poniendo fin a sus sueños de conquista. Mientras se recuperaba, Ignacio pidió libros de caballería, pero en su lugar recibió un libro de los Evangelios y otro de las vidas de los santos. Poco después, sus héroes ya no eran vencedores militares, sino hombres y mujeres santos. Al recuperarse, cambió de vida y se dedicó al servicio de Dios. Nuestra vida también puede mejorar y enriquecerse con la lectura espiritual. Elige un libro para leer y rezar durante este año, quizá sobre la vida de un santo, una devoción concreta o la Eucaristía.
Sean cuales sean tus propósitos de Año Nuevo, ¡busca la intercesión de los santos! Invoca su ayuda y permite que te acerquen a Dios.
Maria Cintorino es licenciada en teología. Sus escritos han aparecido en varias publicaciones, como Homiletic and Pastoral Review, Our Sunday Visitor y National Catholic Register.