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 | Por Michelle Sessions DiFranco

Un postre italiano festivo para la mesa navideña

Honrando a San Ambrosio

San Juan Crisóstomo dijo una vez: “La abeja es más honrada que otros animales, no porque trabaje, sino porque trabaja para los demás”. No puedo evitar preguntarme si estaba pensando en su contemporáneo, Aurelio Ambrosio, cuando escribió esa cita. A Aurelio Ambrosio lo conocemos mejor como San Ambrosio.

San Ambrosio, cuya fiesta celebramos el 7 de diciembre, es Doctor de la Iglesia y fue una de las figuras más influyentes e importantes de la Iglesia en el siglo IV.

Como predicador prolífico y obispo de Milán, San Ambrosio fue influyente en el avance de gran parte del cristianismo occidental en el siglo IV. Curiosamente, durante la mayor parte de su vida, Ambrosio crio abejas. Las amaba y las criaba para poder dar miel a los pobres, por eso es el santo patrón de las abejas y los apicultores. Se dice que cuando era un bebé, un enjambre de abejas se posó sobre su rostro, dejando una gota de miel antes de irse volando. Su padre tomó esto como una señal de que llegaría a ser un gran predicador con una “lengua melosa”.

Al igual que las abejas que cuidaba San Ambrosio, este santo hombre entregó el trabajo de su vida a los demás. Trabajó para la Iglesia. Y como ha dicho su par, San Juan Crisóstomo, esto merece honor.

Con las festividades navideñas a la vuelta de la esquina, considere preparar este postre italiano para honrar a un santo que pasó la mayor parte de su tiempo en Italia y cuya fiesta celebramos este mes. Comparto esta receta de panna cotta con un guiño al predicador de “lengua melosa”. Esta delicia dulce y sedosa está elaborada con mucha miel. ¡Disfrutar!


Michelle Sessions DiFranco es diseñadora y madre ocupada de tres hijos.

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Panna cotta de leche y miel

(sirve 6-8)

  • 3 cucharaditas de gelatina
  • ½ taza de leche entera
  • 2 ½ tazas de crema espesa
  • ½ taza de miel (y más para cubrir)
  • 1 vaina de vainilla
  • 1 cucharadita de jugo de limón
  • 1/3 de taza de azúcar
  • Frambuesas (para cubrir)

Combine la gelatina y la leche en un tazón pequeño y déjelo a un lado para que "florezca".

En una cacerola mediana a fuego muy lento, combine la crema espesa, la miel, la vaina de vainilla entera, el jugo de limón y el azúcar (hasta que el azúcar se disuelva por completo). Retire la vaina de vainilla y parta a lo largo. Incorpore los frijoles a la mezcla y revuelva para combinar. Agrega la mezcla de leche y gelatina para después mezclar con un batidor hasta que esté completamente combinado y suave.

Divida la mezcla de panna cotta en 6-8 vasos (o moldes) y enfríe en el refrigerador durante al menos 4 horas (o toda la noche). Completa cada porción con una cucharadita de miel y frambuesas frescas. Para hacerlo aún más festivo, ¡agrega un poco de azúcar en polvo!