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 | Por Nicole O'Leary, redactora jefa, FAITH Catholic

Una “primera Acción de Gracias” eucarística

Celebrada con maíz de colores

Se ha vertido mucha tinta sobre la fecha y el lugar de la primera celebración de Acción de Gracias en suelo estadounidense. Obviamente, los peregrinos de Plymouth en 1621, ¿verdad? Bueno, quizá no tan rápido. Como católicos, nos entusiasma saber que la palabra “Eucaristía” procede del griego eucharistia, que denota gratitud y acción de gracias. Entonces, ¿cuándo fue la “Primera Acción de Gracias”, en lo que más tarde se convertiría en Estados Unidos? Tuvo lugar en 1565, en Florida, cuando los colonos españoles celebraron una Misa de Acción de Gracias a su llegada, seguida de una comida con los nativos timucuas (tribu seloy).

En julio de 1565, el conquistador Don Pedro Menéndez de Avilés partió de Cádiz, España, con una pequeña flota de barcos y unos 800 colonos. Los viajeros llegaron a la costa oriental de Florida el 8 de septiembre, festividad de la Natividad de la Santísima Virgen María, y celebraron una Misa para dar gracias a Dios por haber viajado sanos y salvos. Los colonos bautizaron el nuevo asentamiento con el nombre de “San Agustín”, en honor al santo cuya festividad había caído unos días antes, el 28 de agosto, por ser el día en que avistaron tierra por primera vez.

Tras la liturgia, los españoles y los miembros de la tribu seloy se reunieron para celebrar una comida. Según las memorias del padre López de Mendoza, Menéndez “hizo dar de comer y cenar él mismo a los indios”. Ciertamente no hubo pastel de calabaza en esta reunión, pero es posible que los timucuas contribuyeran con pavo, maíz y calabaza para acompañar las provisiones que los colonos trajeron de España.

Aunque el maíz puede haber sido un alimento básico en San Agustín y Plymouth, el maíz nativo habría tenido un sabor muy diferente al de los dulces granos amarillos a los que estamos acostumbrados. No obstante, este colorido succotash es una forma de incorporar este versátil cereal a nuestra comida de Acción de Gracias.

Lo más importante, sin embargo, es abrazar el espíritu de la fiesta, que permanece inalterable incluso cuando las viejas tradiciones se desvanecen y surgen otras nuevas. Deberíamos honrar el ejemplo de los colonos españoles que ofrecían una Misa de Acción de Gracias, cultivando nuestro propio sentido de gratitud a Dios.

Succotash

 

Ingredientes

  • 2 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
  • 4 mazorcas de maíz fresco, desgranadas (o 3 tazas congeladas, luego descongeladas y escurridas)
  • 1 cucharadita de sal, dividida
  • 1 cebolla roja pequeña picada
  • 1 pimiento rojo picado
  • 1 chile poblano picado
  • 2 dientes de ajo picados
  • 2 tazas de habas congeladas (descongeladas y escurridas)
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • ½ cucharadita de pimentón ahumado
  • ½ cucharadita de comino
  • Pimienta negra, cayena al gusto
  • Un puñado de perejil fresco picado
  • 2 cebollas verdes, cortadas en rodajas finas

Indicaciones

En una sartén grande, a fuego medio-alto, calentar el aceite de oliva hasta que empiece a brillar. Con cuidado, añada el maíz y ½ cucharadita de sal. Saltear, removiendo a menudo, hasta que los bordes del maíz se doren (5-7 min).

Reduzca el fuego a medio-bajo. Añada la cebolla, los pimientos y la ½ cucharadita de sal restante. Mezcle bien. Cocine, revolviendo con frecuencia, hasta que la cebolla se vuelva translúcida (5-8 min).

Incorpore el ajo por completo a la mezcla y cocine hasta que desprenda aroma (1 minuto). Añada las habas y cocine hasta que se calienten (2-3 min).

Añadir la mantequilla a la sartén y remover para que se derrita. Retire la sartén del fuego y deje enfriar unos minutos. Pasar a una fuente, cubrir con perejil picado y cebolla verde. Servir caliente, aunque este plato se conserva bien en el frigorífico, tapado, hasta 4 días.